Tormenta solar: ¿Estamos preparados para enfrentar sus consecuencias?
hace 2 años · Actualizado hace 2 años

El Sol, nuestra estrella más cercana, se encuentra en constante actividad y en los últimos meses hemos presenciado un aumento en su actividad.
A finales de 2023 o principios de 2024 se espera el pico máximo de su ciclo, lo que podría generar tormentas geomagnéticas y auroras boreales inusuales.
Estas tormentas pueden interrumpir las comunicaciones, redes eléctricas y GPS, por lo que es importante estar informado y preparado ante posibles eventos.
Qué es una tormenta solar
Una tormenta solar es un fenómeno que se produce en el Sol y tiene consecuencias en la Tierra.
Para entender bien las tormentas solares, es necesario hablar de la composición y funcionamiento del Sol, así como de los tipos de tormentas solares que existen.
Composición y funcionamiento del Sol
El Sol es una estrella que produce energía mediante reacciones nucleares en su núcleo.
Esta energía se transmite hacia su superficie y se libera al espacio en forma de radiación electromagnética y partículas cargadas, lo que conocemos como viento solar.
El Sol está compuesto principalmente de hidrógeno y helio, y se divide en varias capas, cada una con diferentes temperaturas y características.
El núcleo es donde se producen las reacciones nucleares que generan la energía del Sol, mientras que la corona, la capa más externa, es donde se originan las eyecciones de masa coronal.
Tipos de tormentas solares
Tormentas geomagnéticas
Este tipo de tormentas se originan a partir de perturbaciones en el campo magnético de la Tierra causadas por el viento solar.
Cuando las partículas cargadas del viento solar chocan con la magnetosfera terrestre, se produce una corriente eléctrica que puede causar interferencias en las comunicaciones y redes eléctricas, entre otros efectos.
Eyecciones de masa coronal
Las eyecciones de masa coronal son nubes de plasma cargadas que se expulsan desde la corona solar a altas velocidades.
Cuando una CME impacta con la Tierra, puede causar tormentas geomagnéticas más intensas y otros efectos.
Las CMEs también pueden producir auroras boreales inusuales y dañar satélites y otros dispositivos electrónicos alrededor de la Tierra.
Historia de las tormentas solares
Desde hace siglos, los humanos han sido testigos de las auroras boreales, pero no fue hasta mediados del siglo XIX cuando se pudo establecer una conexión entre este fenómeno y el Sol gracias a investigadores como Richard Carrington.
Carrington presenció en 1859 un fenómeno no visto hasta entonces, que llevó a la interrupción del sistema de telégrafo en Europa y América del Norte.
Se trató de la tormenta solar más severa registrada hasta la fecha, conocida como evento Carrington.
Evento Carrington de 1859
Durante el evento Carrington, la Tierra fue golpeada por una gran tormenta solar que creó auroras boreales visibles en muchos lugares del mundo.
Esto fue resultado de una eyección de masa coronal que llegó a la Tierra en unas pocas horas, provocando la perturbación de las líneas telegráficas, rompiendo vidrios y generando chispas en las estaciones.
En aquellos años, el telegrafista Thomas Hall, responsable de la estación en Baltimore, describió así la experiencia: "parecía como si toda la máquina estuviera viva".
Otros casos históricos de tormentas solares severas
Efectos de las tormentas solares en la Tierra
Las tormentas solares pueden tener un gran impacto en la Tierra y sus sistemas tecnológicos y naturales.
A continuación, se describen los principales efectos:
Impacto en las redes eléctricas
Interrupción en las comunicaciones y navegación
Auroras visibles en latitudes más bajas
Efectos en el medio ambiente y en la salud humana
Prevención y medidas preventivas
Ante la amenaza de una tormenta solar, existen medidas que se pueden tomar para minimizar el impacto en las redes eléctricas, comunicaciones y equipos electrónicos.
A continuación, se presentan las principales medidas preventivas:
clima espacial y observatorios solares
Sistemas de alerta temprana
Protección de los equipos electrónicos
Avances científicos y tecnológicos
La ciencia y la tecnología han logrado grandes avances en la comprensión del Sol y las tormentas solares, lo que ha permitido desarrollar herramientas para prevenir y mitigar sus efectos en la Tierra.
A continuación, se mencionarán algunas de las principales investigaciones y proyectos encaminados a entender y protegernos de las tormentas solares:
Sonda Parker Solar Probe
La sonda Parker Solar Probe de la NASA, lanzada en 2018, está en una misión para explorar la corona solar.
Esta sonda está diseñada para acercarse lo más posible al Sol y proporcionar información detallada sobre su actividad.
En particular, se está midiendo la velocidad, la densidad y la temperatura del viento solar, así como el campo magnético del Sol.
De esta manera, se espera aprender más sobre cómo el Sol libera energía y genera las tormentas geomagnéticas que pueden afectar el clima espacial.
Además, la sonda Parker Solar Probe puede ayudar a mejorar la precisión de los pronósticos del clima espacial, lo que a su vez puede permitir que las compañías eléctricas y de satélites tomen medidas preventivas adicionales antes de la llegada de una tormenta solar.
Estudios sobre el campo magnético terrestre
Otro avance importante en la investigación de las tormentas solares ha sido el análisis del campo magnético terrestre.
Los estudios sobre el campo magnético terrestre permiten entender mejor cómo afectan las tormentas solares a la Tierra y los sistemas eléctricos y electrónicos que dependen de ella.
En concreto, se ha encontrado que el campo magnético terrestre actúa como un escudo protector que puede desviar gran parte de la energía de la tormenta solar.
Además, los expertos están investigando nuevas formas de proteger los sistemas eléctricos y electrónicos de la Tierra contra las tormentas solares.
En particular, se están desarrollando materiales y tecnologías de protección para los satélites y otros equipos que se encuentran en el espacio y que se ven especialmente afectados por las tormentas solares.
Estos materiales podrían ser esenciales para mantener la integridad de los sistemas críticos en caso de una tormenta solar.