Un paseo ecológico por la Sierra de San Mamede
hace 48 segundos

Caminar por la Sierra de San Mamede es como adentrarse en un santuario natural que parece olvidado por el tiempo.
Este espacio protegido de Galicia destaca no solo por su belleza, sino también por su gran valor ecológico y cultural.
Realizar un paseo ecológico por la Sierra de San Mamede nos permite descubrir un entorno privilegiado, donde la biodiversidad, la sostenibilidad y el respeto por la naturaleza van de la mano.
¿Dónde se encuentra la Sierra de San Mamede?
La Sierra de San Mamede se sitúa en la provincia de Ourense, en la comunidad autónoma de Galicia.
Forma parte del Macizo Central Ourensano y es uno de los sistemas montañosos más importantes del noroeste peninsular.
Con una altura máxima de 1.619 metros en el pico Cabeza de Manzaneda, es el techo provincial.
Sus paisajes de media y alta montaña conforman un marco incomparable para los amantes del senderismo y el ecoturismo.
Además, el área se integra en la Red Natura 2000, lo que garantiza su protección y conservación.
Principales ecosistemas y hábitats
Durante un paseo ecológico, es fundamental reconocer los distintos ecosistemas presentes en la sierra.
San Mamede alberga una gran variedad de hábitats que se despliegan en altitudes y orientaciones variables.
bosques atlánticos y caducifolios
En las zonas más bajas y umbrías encontramos robledales y castañares centenarios.
El roble común (Quercus robur) y el castaño (Castanea sativa) dominan estos espacios.
Estas masas forestales proporcionan refugio a aves, insectos y pequeños mamíferos.
Hábitats de alta montaña
En las cotas más elevadas, el paisaje cambia por completo.
Los pastizales de altura y matorrales de brezo y tojo se suceden hasta llegar a los roquedos.

Este tipo de espacios está adaptado a condiciones climáticas extremas, y se pueden ver especies endémicas de flora y fauna.
Zonas húmedas: turberas y manantiales
Son de los ecosistemas más frágiles y valiosos que existen en este entorno.
Las turberas mantienen una humedad constante, favoreciendo la aparición de musgos, líquenes y helechos muy especiales.
Además, actúan como sumideros naturales de carbono, lo que ayuda a mitigar el impacto del cambio climático.
Flora y fauna emblemática
La biodiversidad de la sierra es uno de sus mayores tesoros.
Al recorrer sus senderos, no solo disfrutamos de paisajes sorprendentes, sino que también podemos observar especies singulares.
- Lobo ibérico: uno de los grandes carnívoros emblemáticos del norte peninsular. Su presencia es señal de un equilibrio ecológico saludable.
- Corzo y jabalí: habitantes comunes del bosque que aportan dinamismo a la cadena trófica de la zona.
- Águila real: su silueta majestuosa puede observarse sobrevolando los riscos más altos.
- Aves forestales como el pito real, el carbonero y la curruca rabilarga.
- En cuanto a flora, destacan el brezo de montaña, el acebo y numerosas especies de orquídeas.
La coexistencia de estas especies demuestra la buena salud ecológica de este enclave natural.
Senderos ecológicos recomendados
Existen diversas opciones para hacer senderismo en la zona combinando deporte, naturaleza y educación ambiental.
Algunos senderos están especialmente diseñados para rutas interpretativas, donde se pueden aprender detalles sobre el entorno.
- Ruta del Alto de San Mamede: comienza en la estación de montaña de Manzaneda. Tiene una duración aproximada de 4 horas y presenta vistas panorámicas espectaculares.
- Senda de As Cernadas: se adentra en un antiguo bosque atlántico bien conservado, ideal para las épocas otoñales.
- Ruta del agua: recorre nacimientos de manantiales y pequeñas cascadas, mostrando la importancia del recurso hídrico.
Estas rutas están bien señalizadas y fomentan el ecoturismo responsable, sin dañar el entorno.
Consejos para un paseo ecológico responsable
Antes de iniciar cualquier salida a la naturaleza, es recomendable seguir ciertas pautas para minimizar el impacto.
- Respetar siempre el trazado del camino original.
- No recoger flores, frutas ni otros elementos naturales.
- Evitar generar residuos y llevarse toda la basura de vuelta.
- Observar la fauna a distancia, sin acosarla ni perturbarla.
Estas pequeñas acciones permiten que muchos otros puedan seguir disfrutando de este paraíso natural.
Una experiencia vivida en la Sierra de San Mamede
Uno de nuestros colaboradores, biólogo de profesión, recuerda su primera visita a la Sierra de San Mamede como una experiencia casi mística.
Fue en primavera, época ideal para descubrir la eclosión de vida que inunda la montaña gallega.
Mientras ascendía por la ladera norte, comentaba el sonido del viento filtrándose entre los robles y el canto de los pájaros construyendo sus nidos.


En una zona sombreada llena de turberas, descubrió un grupo de pequeñas plantas insectívoras, llamadas rocíos del sol, que atrapaban mosquitos con asombrosa habilidad.
Ese microecosistema tan específico él lo había visto en libros, pero nunca lo había vivido directamente.
Más adelante, mientras consultaba su cuaderno de campo, se topó con rastros de huellas recientes de lobo.
No llegó a ver al animal, pero sí escuchó unos aullidos lejanos que aún hoy recuerda con emoción.
Esa sensación de inmersión y respeto profundo por lo que nos rodea es, según él, la verdadera esencia de un paseo ecológico.
Días después escribió un artículo para una revista especializada en ecología contando cómo pequeños espacios como este contribuyen a la conservación global del medio ambiente.
Recalcaba que proteger lugares como San Mamede era también protegernos a nosotros mismos.
Porque cuando cuidamos de la Tierra, estamos también garantizando nuestro propio futuro.
El valor ecológico de la Sierra de San Mamede
Más allá de su indiscutible belleza natural, esta sierra representa un ejemplo de resistencia y equilibrio ambiental.
Su inclusión en la Red Natura 2000 responde al enorme valor ecológico de sus ecosistemas.
Pero también, a su fragilidad frente a amenazas como los incendios forestales, el abandono rural y el cambio climático.
Por ello, cada visita debe ser también un acto de esfuerzo consciente por conocer, valorar y proteger.
La Sierra de San Mamede forma parte de una red más amplia de montes gallegos que han resistido la explotación abusiva.
Gracias al trabajo de asociaciones ecologistas, comunidades locales y programas de conservación, hoy podemos seguir recorriéndola y admirándola.
Así se mantiene viva su misión: educar, inspirar y preservar.



Preguntas frecuentes sobre la Sierra de San Mamede
¿Cuál es la mejor época del año para visitarla?
Primavera y otoño son ideales por sus paisajes coloridos y clima templado.
¿Está permitida la acampada libre?
No, la normativa ambiental prohíbe acampar fuera de zonas habilitadas.
¿Se pueden llevar mascotas?
Sí, pero siempre atadas y bajo control para evitar molestias a la fauna local.
¿Hay transporte público hasta la sierra?
Es limitado. Lo más recomendable es llegar en coche particular o con excursiones organizadas.
¿Es apta para familias con niños?
Algunas rutas son sencillas y adaptadas, pero conviene informarse previamente.
Siempre es preferible optar por senderos cortos si se va con niños pequeños.
¿Hace falta algún permiso para recorrer las rutas?
No en general, pero si se realiza una actividad organizada sí puede requerirse previa autorización.
Conviene consultar con el concello o parque natural correspondiente para evitar incidencias.
Algunas zonas restringidas pueden no estar abiertas en ciertas épocas del año.
La prudencia y el respeto deben guiar siempre nuestra relación con estos espacios naturales.
Además, muchos caminos son patrimonio cultural, ya que cruzan antiguos pasos ganaderos y caminos de peregrinación.
Eso agrega un componente histórico y espiritual al paseo ecológico.
No se trata solo de caminar, sino de conectar verdaderamente con la esencia de la naturaleza.
Y esa experiencia, tan rica como simple, es la que nos ofrece la Sierra de San Mamede.
En resumen, recorrer la Sierra de San Mamede es mucho más que hacer una ruta de montaña.




Es también una oportunidad para educarnos en sostenibilidad y experimentar la riqueza de nuestro patrimonio natural.
Un paseo ecológico por esta sierra no solo nos reconecta con el medio ambiente, sino que también nos inspira a cuidarlo.