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El embalse de Iznájar, el más grande de Andalucía
El embalse de Iznájar es el más grande de Andalucía, ubicado en las provincias de Córdoba, Granada y Málaga.
Con una capacidad de 981 hectómetros cúbicos de agua, es conocido como el 'lago de Andalucía'. Su construcción requirió 1,4 millones de metros cúbicos de hormigón y su inauguración tuvo lugar en 1969.
Además de regular el suministro de agua, el embalse desempeña un papel importante en la conservación del ecosistema, albergando una diversidad de fauna.
El embalse de Iznájar: Características y capacidades
El embalse de Iznájar, ubicado en las provincias de Córdoba, Granada y Málaga, es el embalse más grande de Andalucía. Con una capacidad de 981 hectómetros cúbicos, también es conocido como el 'lago de Andalucía'.
Como se potabiliza agua: métodos más comunesEste embalse, construido a lo largo de una década, requería una cantidad récord de 1,4 millones de metros cúbicos de hormigón en aquel momento. Su inauguración tuvo lugar el 3 de junio de 1969 y pertenece a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.
El embalse de Iznájar se forma gracias a la unión de los ríos Genil y Guadalquivir. Su función principal es la regulación del suministro y distribución de agua en la región de Andalucía. Además, desempeña un papel crucial en la defensa contra las riadas del río Genil en localidades como Puente Genil y Écija.
No solo cumple una función hidrológica, sino que también provee de agua para el uso doméstico a una población cercana de alrededor de 200,000 personas. Su capacidad y ubicación estratégica lo convierten en un recurso vital para la población.
El embalse de Iznájar, además de su importancia práctica, destaca por su belleza paisajística. Con más de 100 kilómetros de orilla, ofrece múltiples oportunidades para el disfrute y turismo en la región de Andalucía. Sus aguas cristalinas y entorno natural atraen a visitantes en busca de experiencias al aire libre.
Impacto de la inflación en servicios de abastecimiento y saneamiento de aguaEn cuanto a la situación actual del embalse, en el año 2023 se encuentra al 18,98% de su capacidad. Este bajo porcentaje es un claro reflejo de los efectos de la sequía que afecta a la región de Andalucía. La gestión adecuada de este recurso se vuelve aún más importante en tiempos de escasez de agua.
La construcción del embalse de Iznájar, aunque necesaria para el suministro de agua y la regulación de caudales, tuvo un impacto significativo en el ámbito social y ambiental de la región.
Desplazamiento de familias
La construcción del embalse implicó la expropiación de tierras cultivables, lo que provocó el desplazamiento de numerosas familias. Estas familias se vieron obligadas a abandonar sus hogares y buscar nuevas oportunidades en otras zonas. Algunas fueron reubicadas en tierras de regadío río abajo, como Céspedes, Poblado de Maribáñez y Bembézar. Otros optaron por emigrar a otras regiones del norte peninsular. Este desplazamiento generó un importante cambio social en las comunidades afectadas.
Pérdida de tierras cultivables y olivares
La inundación del embalse de Iznájar resultó en la pérdida de tierras cultivables, incluyendo alrededor de 150,000 olivos. Esto tuvo un impacto negativo en la agricultura de la zona, afectando la economía local y la tradición agrícola que había existido durante generaciones. Además, se perdieron aproximadamente 3,000 hectáreas de terrenos, de las cuales 200 eran destinadas al regadío. Esta pérdida de terreno agrícola tuvo un efecto duradero en la región.
El río Mackenzie: El mayor río de CanadáAlteración del ecosistema
La construcción del embalse también tuvo un impacto en el ecosistema de la zona. Aunque el embalse actualmente alberga una diversidad de fauna, incluyendo especies como el somormujo lavanco, cormorán grande, garza real y azulones, la inundación del terreno previo al embalse afectó a algunos hábitats naturales y modificó el equilibrio ecológico de la región. Esto ha supuesto un desafío para mantener la biodiversidad del área.
Importancia del embalse de Iznájar en la gestión hídrica de Andalucía
El embalse de Iznájar juega un papel fundamental en la gestión hídrica de la región de Andalucía. Gracias a su capacidad de almacenamiento de 981 hectómetros cúbicos de agua, tiene la capacidad de regular el suministro y la distribución de agua tanto para uso doméstico como para otros usos.
Una de las principales funciones del embalse es la defensa contra las riadas del río Genil, especialmente para las localidades cercanas como Puente Genil y Écija. Además, alberga una población de aproximadamente 200,000 personas, proporcionando agua potable para el uso doméstico a estas comunidades.
Otro aspecto relevante es su contribución al abastecimiento de agua para el riego, contribuyendo a la agricultura y garantizando el suministro de agua a las tierras de cultivo de la zona. Esto es especialmente importante en una región tan agrícola como Andalucía, donde el riego es esencial para la producción de cultivos.
Beneficios económicos de invertir en soluciones para el estrés hídricoAdemás de su importancia en la regulación de aguas y el abastecimiento de poblaciones, el embalse de Iznájar también desempeña un papel clave en la conservación del ecosistema. Al albergar una amplia diversidad de fauna, incluyendo especies como el somormujo lavanco, cormorán grande, garza real y azulones, contribuye a la preservación de la biodiversidad en la región.
El embalse de Iznájar se ha convertido en un elemento clave en la gestión hídrica de Andalucía, permitiendo un mejor control y utilización de los recursos hídricos de la zona. Su capacidad de almacenamiento, su función en la defensa frente a las riadas, el suministro de agua para riego y su contribución a la conservación del ecosistema, lo convierten en una infraestructura esencial para garantizar la disponibilidad de agua en la región.
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