¿Cuánto plástico ingerimos accidentalmente al año?
hace 4 días · Actualizado hace 3 días

Imagina tragar sin saberlo pequeñas piezas de un material que nunca se digiere.
Eso es exactamente lo que sucede con el plástico que ingerimos sin darnos cuenta cada año.
Este fenómeno silencioso se ha convertido en una preocupación ambiental y de salud global.
- La sorprendente cifra de plástico que llega a nuestro organismo
- ¿Cómo entra el plástico en nuestro cuerpo?
- Una historia que dejó huella
- Consecuencias para la salud
- ¿Cuánto plástico hay realmente en nuestros alimentos?
- ¿Se puede evitar ingerir plástico?
- Preguntas frecuentes sobre la ingestión de plástico
La sorprendente cifra de plástico que llega a nuestro organismo
Según investigaciones recientes, una persona podría ingerir hasta 5 gramos de plástico por semana.
Eso equivale, sorprendentemente, al tamaño de una tarjeta de crédito que tragamos cada siete días.
A lo largo de un año, eso representa cerca de 250 gramos de plástico dentro de nuestro cuerpo.
Para ponerlo en perspectiva, estaríamos consumiendo alrededor de 21 gramos por mes, sin intención alguna.
Estos datos provienen de estudios realizados por instituciones como la Universidad de Newcastle y el WWF.
Usando métodos de detección en fluidos humanos y análisis de comportamiento alimentario, revelaron una verdad inquietante.
No solo el océano está lleno de fragmentos plásticos.
Nosotros también.
¿Cómo entra el plástico en nuestro cuerpo?
Los microplásticos y nanoplásticos están presentes en toda nuestra cadena alimentaria.
No importa si consumes carne, vegetales o incluso agua embotellada.
Estas diminutas partículas son invisibles pero omnipresentes.
Fuentes comunes de ingestión de plástico
- Agua potable: Especialmente el agua embotellada contiene altos niveles de microplásticos.
- Pescado y mariscos: Muchos peces los ingieren y luego pasan a nosotros a través del consumo.
- Sales de mesa: Incluso algunas sales marinas contienen residuos plásticos.
- Utensilios y envases: Calentar alimentos en plásticos libera compuestos peligrosos que ingerimos.
- Aire que respiramos: Microplásticos en suspensión entran a nuestro sistema por inhalación.
Comer una comida rápida en un recipiente de plástico puede parecer normal…
…pero también puede ser una contribución silenciosa a nuestra ingesta de plástico anual.
Una historia que dejó huella
En 2022, un grupo de científicos neerlandeses sorprendió al mundo al detectar microplásticos en muestras de sangre humana por primera vez.
Tras analizar muestras de donantes voluntarios encontraron que el 80% de ellas tenía trazas detectables de polímeros sintéticos.
Los plásticos más comunes eran polietileno tereftalato (PET), usado en botellas y ropa, y poliestireno, presente en envases de alimentos.
Una de las investigadoras comentó que el hallazgo podría ser solo “la punta del iceberg”.
Si el plástico llega a la sangre, también puede alcanzar órganos clave como el corazón o incluso el cerebro.
Estos hallazgos coinciden con experimentos en los que ratones expuestos a microplásticos sufrieron alteraciones metabólicas y cerebrales enfocadas en zonas cognitivas.
Si los efectos son similares en humanos, podríamos estar frente a un problema de salud pública a gran escala.
El mismo año, otro estudio detectó microplásticos en la placenta de mujeres embarazadas.
Fue un descubrimiento estremecedor: plásticos en el entorno biológico donde una vida comienza a desarrollarse.
De nuevo, los plásticos ingresaban a través de alimentos, envases y aire.
Estos datos no solo sirven como advertencia.

Representan una urgencia sanitaria y ambiental que no podemos seguir ignorando.
Consecuencias para la salud
El efecto del plástico en el cuerpo humano aún se está investigando a fondo.
No obstante, ya existen indicios preocupantes sobre su impacto potencial a largo plazo.
Posibles riesgos asociados
- Inflamación: Las partículas plásticas podrían alterar la microbiota intestinal y causar inflamación.
- Disruptores endocrinos: Algunos plásticos liberan sustancias químicas que desequilibran las hormonas.
- Problemas cardiovasculares: Si los plásticos ingresan a la sangre, podrían influir en la presión arterial o coagulación.
- Riesgo de cáncer: Aunque no demostrado directamente, algunas sustancias plásticas son potencialmente cancerígenas.
- Complicaciones neurológicas: La investigación en ratones muestra efectos nocivos en el cerebro por exposición plástica prolongada.
El cuerpo humano no está diseñado para procesar polímeros sintéticos.
Pero eso no ha detenido su ingreso constante durante décadas.
¿Cuánto plástico hay realmente en nuestros alimentos?
Estudios globales han encontrado microplásticos en productos tan variados como miel, cerveza e incluso frutas.
Investigaciones recientes en laboratorios italianos revelaron que algunas manzanas contienen hasta 195.000 partículas plásticas por gramo de fruta.
Eso se debe a las aguas de riego contaminadas o al contacto con productos de empaque durante la distribución.
En productos del mar, como mejillones o almejas, se consumen con vísceras, por lo que ingerimos directamente el contenido microplástico acumulado.
Un amante de los mariscos puede consumir más de 11.000 partículas plásticas al año solo por ese hábito alimenticio.
Y nadie imagina eso al disfrutar de una comida aparentemente saludable.
¿Se puede evitar ingerir plástico?
Eliminar completamente nuestra exposición a microplásticos es prácticamente imposible.
Sin embargo, se pueden tomar medidas prácticas para reducir la ingesta diaria.
Consejos para reducir el consumo de plásticos invisibles
- Evita calentar comida en envases plásticos: Usa vidrio o cerámica cuando utilices el microondas.
- Bebe agua filtrada: Algunos filtros reducen la presencia de microplásticos en agua de grifo.
- Reduce el consumo de agua embotellada: El 93% de las botellas analizadas contienen partículas.
- Lava frutas correctamente: Esto ayuda a eliminar residuos de microplásticos y pesticidas.
- Prefiere alimentos frescos y sin embalaje plástico: Apoya comercios eco-responsables y mercados locales.
Con pequeños cambios en el día a día es posible consumir menos plástico sin sacrificar comodidad.
Preguntas frecuentes sobre la ingestión de plástico
¿Quiénes son más vulnerables?
Niños y bebés, debido al desarrollo de sus órganos y su mayor exposición a objetos de plástico.
¿Hay algún análisis clínico para detectar plástico en el cuerpo?
Aún no existen pruebas rutinarias, pero algunos estudios usan muestras de sangre, materia fecal y tejidos para investigación.
¿Los productos "biodegradables" ayudan?
Solo si se gestionan correctamente y son compostables en condiciones industriales.
Muchos productos "verdes" siguen liberando microplásticos.
¿El plástico en el aire también se inhala?
Sí, especialmente en espacios cerrados donde hay fibras sintéticas o polvo con residuos plásticos.
Por ello, ventilar los ambientes y limpiar con frecuencia es clave.
¿Puedo eliminar el plástico ingerido del cuerpo?
No hay forma actual totalmente efectiva de hacerlo, pero una dieta rica en fibra puede favorecer la eliminación natural.
También se investiga el uso de probióticos para reducir la absorción de microplásticos a nivel intestinal.
La ciencia avanza, pero la prevención sigue siendo nuestra mayor aliada.
En resumen, la presencia de plástico en nuestros cuerpos no es una amenaza futura, sino una realidad presente.
No estamos hablando de miedos hipotéticos, sino de datos palpables que afectan nuestra vida diaria.
Reducir nuestra exposición al plástico no solo es beneficioso para la salud, sino también para el planeta que habitamos juntos.
En este desafío compartido, cada acción cuenta.

Y cada gramo de plástico que evitamos... también.
Entradas Relacionadas