Energía solar flotante: cuando el mar también brilla

hace 22 horas

Energía solar flotante: cuando el mar también brilla

¿Y si te dijera que los océanos no solo guardan vida, sino también la energía limpia del futuro?

La energía solar flotante ya no es una promesa lejana: está desafiando las reglas del juego en sostenibilidad.

Mientras el mundo sigue obsesionado con paneles en techos, algunas naciones están llenando sus mares de luz.

La revolución que está ocurriendo... sobre el agua

Imagina miles de paneles solares flotando sobre lagos, embalses y ¡hasta mares!

Lo que parecía ciencia ficción hace unos años, hoy es una revolución energética real.

Países como China, Japón, India o Países Bajos ya no solo sueñan con renovables: las están instalando a toda velocidad en el agua.

Y no es casualidad.

El espacio sobre tierra firme es limitado y costoso.

Los paneles solares en techos o granjas solares terrestres también tienen un enemigo silencioso: el calor.

Cuando se calientan demasiado, pierden eficiencia.

¿Y dónde encontramos una enorme superficie sin uso, que además es naturalmente refrigerada?

Exacto: en el agua.

¿Cómo funciona la energía solar flotante?

La lógica detrás de esta solución es tan brillante como sus paneles.

Las plantas solares flotantes se construyen sobre estructuras modulares, parecidas a balsas gigantes.

Estas plataformas permiten que paneles solares convencionales queden a flote, conectados a la red eléctrica.

Además, el movimiento suave del agua ayuda a mantener las placas más frías.

¿Resultado?

Una eficiencia energética superior e incluso mayor durabilidad de los equipos.

Es decir: más energía, menor mantenimiento, y todo sobre una superficie antes desaprovechada.

No es solo sobre océanos… también funciona en embalses

Los primeros proyectos piloto se instalaron sobre embalses artificiales y represas.

Hoy, estas plantas flotantes dominan extensiones enormes.

  • La planta solar flotante de Dezhou, en China, genera más de 200 MW.
  • La estructura sobre la represa de Yamakura, en Japón, ocupa más de 180 mil m².
  • India está construyendo una de las plantas flotantes más grandes del planeta en Madhya Pradesh.

Pero la pregunta sigue flotando: ¿Qué pasa cuando estas estructuras se llevan al mar?

Cuando el mar brilla: el gran salto

Diseñar paneles solares para funcionar en el mar es un desafío técnico y logístico.

El oleaje, la salinidad y las tormentas hacen que el entorno marino sea intenso, agresivo y cambiante.

Pero eso no ha detenido a ciertos pioneros.

En 2021, una startup noruega instaló su primer sistema solar flotante en alta mar.

El piloto fue un éxito y abrió las puertas a un concepto impensado: plantas solares flotantes en plataformas offshore.

Y no hablamos de proyectos pequeños...

Los Países Bajos están probando paneles solares en el mismísimo mar del Norte, uno de los entornos más hostiles posibles.

Y lo interesante es que estas instalaciones pueden coexistir con otras como turbinas eólicas marinas.

Ventajas únicas de la energía solar sobre el agua

Más allá de los titulares llamativos, esta tecnología tiene beneficios muy concretos.

  1. Mayor rendimiento: el agua actúa como refrigerante natural.
  2. Sin uso adicional de suelo: ideal para países densamente poblados.
  3. Compatible con embalses y plantas hidroeléctricas existentes.
  4. Protege el entorno acuático al reducir evaporación y algas.
  5. Posible integración con infraestructuras flotantes existentes.

Es un nuevo paradigma: ya no es solo tierra fija vs. cielo abierto.

Ahora el mar es parte de la ecuación energética.

¿Una solución o una moda pasajera?

Muchos escépticos aseguran que la energía solar flotante es solo una tendencia sexy.

Pero no es así.

Los números hablan por sí solos.

Según el World Bank, el potencial mundial de esta tecnología alcanza los 400 GW solo usando el 1% de los embalses artificiales.

Eso sería casi el doble de toda la electricidad solar instalada en América Latina hoy.

Y eso sin meternos todavía en mar abierto…

Para quienes buscan descarbonización urgente, esta opción resulta demasiado tentadora como para ignorarla.

El caso insólito de Singapur: cuando no hay tierra, flotas

Singapur no tiene mucho territorio.

Y sin embargo, necesita mucha energía.

Así que hicieron lo impensado.

Construyeron una planta solar flotante en uno de sus embalses.

Más de 120.000 paneles brillan diariamente sobre el agua, generando 60 MW.

Uno pensaría que el sol no pega tanto en un entorno húmedo… pero se equivocaría.

La radiación sobre el agua tiene un comportamiento distinto.

Y combinado con la refrigeración natural del líquido, los resultados han sido sorprendentes.

Hoy Singapur planea repetir esta hazaña en varios embalses más.

Y otros países están observando con mucha atención.

¿Qué significa esto para América Latina?

En nuestra región, el sol es un recurso abundante...

Pero el suelo no siempre lo es.

Brasil, por ejemplo, ya analiza proyectos solares flotantes en represas hidroeléctricas como Balbina o Sobradinho.

Colombia tiene más de 4.000 cuerpos de agua artificiales y naturales que podrían ser aprovechados.

Y Perú, con su potencial hidroeléctrico, ya podría integrar sistemas solares en represas existentes.

El beneficio es doble: no se necesita deforestar ni comprar terrenos privados.

Así, la energía solar puede crecer exponencialmente sin pisarle los talones al medio ambiente.

¿Y el impacto ecológico?

Buena pregunta.

Al principio se temía que las plantas solares flotantes redujeran la oxigenación del agua o afectaran la fauna.

Pero los estudios más recientes indican todo lo contrario.

  • Se reduce la evaporación (clave en zonas secas).
  • Se inhibe el crecimiento de algas dañinas.
  • Las estructuras flotantes ayudan incluso a proteger a ciertos peces de depredadores y luz intensa.

A eso hay que sumarle que se emiten menos gases de efecto invernadero.

Y que la energía generada es limpia, silenciosa y predecible.

¿Dónde queda el argumento contrario?

Preguntas frecuentes sobre energía solar flotante

¿Es muy caro instalar paneles solares sobre el agua?

Más que un sistema terrestre, pero mucho menos que otras formas de generación limpia.

Y los costos están bajando cada año gracias a la inversión global.

¿Pueden sobrevivir a tormentas o huracanes?

Sí, si están diseñados correctamente.

Los sistemas en Japón y Taiwán ya han resistido tifones sin daños significativos.

¿Qué mantenimiento requieren los paneles en el agua?

Menor que los terrestres, gracias a la refrigeración natural y menor acumulación de polvo.

¿Se puede instalar sobre el mar sin dañar el ecosistema?

Con investigaciones adecuadas, la integración puede ser positiva.

Sobre todo si se instalan lejos de corales y hábitats críticos.

¿América Latina está lista para esta tecnología?

Más que lista: está llena de potencial desaprovechado.

Es cuestión de voluntad y decisiones estratégicas.

Y eso también está cambiando…

Ya nada detiene al sol cuando también conquista los mares.

En resumen, la energía solar flotante es mucho más que una tendencia.

Es una respuesta creativa a las limitaciones del terreno, al cambio climático y a la urgencia energética global.

Cuando el mar también brilla, el mensaje es claro: estamos entrando en una nueva era energética.

No es el futuro: ya está sucediendo.

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