¿Cómo marcan su territorio los osos polares?
hace 3 semanas · Actualizado hace 3 semanas

En las heladas vastedades del Ártico, cada gesto y cada pisada cuentan más de lo que a simple vista puede parecer.
Los osos polares no solo son majestuosos depredadores del hielo, también son animales solitarios que mantienen un sofisticado sistema de comunicación silenciosa.
Una de las formas más interesantes de ese lenguaje invisible es la manera en que marcan su territorio.
- ¿Por qué el marcaje territorial es tan importante para los osos polares?
- Principales métodos de marcaje territorial del oso polar
- El sentido del olfato, clave en la comunicación territorial
- Una perspectiva desde la ciencia: seguimiento por radio y GPS
- Ejemplo real: El misterio de la isla del aroma
- Relación con el cambio climático y la pérdida de territorio
- Preguntas frecuentes sobre cómo marcan su territorio los osos polares
- Acciones que ayudan a proteger los territorios del oso polar
¿Por qué el marcaje territorial es tan importante para los osos polares?
A diferencia de otras especies terrestres, los osos polares no poseen áreas de dominio permanentes.
Sus territorios varían según el movimiento del hielo marino, la disponibilidad de presas y las estaciones.
Aun así, mantienen comportamientos claros para establecer su presencia a otros individuos y, en especial, a los posibles competidores.
El objetivo principal de este marcaje es evitar conflictos innecesarios por alimento o pareja.
Un encuentro entre osos machos que desconocen la presencia del otro puede derivar rápidamente en una pelea mortal.
Por eso, los osos han desarrollado estrategias para dejar señales químicas y físicas que indiquen su paso por una zona.
Principales métodos de marcaje territorial del oso polar
Los osos polares no cuentan con las cuevas, árboles o límites fijos de muchos otros carnívoros.
Sin embargo, utilizan su cuerpo y el entorno a su favor.
Veamos las formas más comunes en las que lo hacen.
1. Orina y heces
Esta es una de las técnicas más frecuentes entre carnívoros y el oso polar no es la excepción.
Estos animales orinan en lugares estratégicos del hielo o la nieve para dejar rastros químicos que informen sobre su sexo, edad y estado reproductivo.
Además, las heces también actúan como marcadores olfativos poderosos.
Incluso con las condiciones extremas del Ártico, estos rastros pueden mantenerse lo suficiente para ser detectados por otros osos.
2. Frotamiento corporal
Los osos polares a menudo se restriegan contra la nieve, el hielo o estructuras naturales como rocas o bloques congelados.
Este comportamiento parece un simple acto de higiene o juego, pero en realidad cumple una función más profunda.
Frotarse deja células epiteliales, olores corporales y otras señales químicas que pueden ser percibidas por otros.
Esto se vuelve especialmente importante en la temporada de apareamiento.

3. Huellas y rastros
Incluso sin intención consciente de marcar el terreno, las enormes huellas del oso polar sirven como indicio visible de su presencia.
Algunos estudios han descubierto que los osos jóvenes a veces siguen los rastros de adultos para aprender rutas de caza o identificar caminos seguros.
Además de las huellas en sí, el arrastre del cuerpo o del pelaje al caminar en zonas blandas deja rastro de sus movimientos.
El sentido del olfato, clave en la comunicación territorial
Los osos polares cuentan con un olfato increíblemente sensible.
Pueden detectar un cadáver de foca a más de 20 kilómetros de distancia y oler a sus parejas potenciales a través del hielo grueso.
Gracias a esta capacidad, pueden interpretar con precisión cada rastro dejado por otros osos.
No solo identifican la especie, sino también si se trata de un macho dominante, una hembra en celo o un individuo enfermo.
Esto ayuda a prevenir encuentros innecesarios y permite planificar sus movimientos con base en la información química disponible.
Una perspectiva desde la ciencia: seguimiento por radio y GPS
Los investigadores del Ártico han logrado monitorear el comportamiento territorial del oso polar gracias a sistemas de seguimiento satelital.
Colocando collares GPS a osos adultos, se ha descubierto que tienen patrones migratorios anuales muy definidos.
Además, algunos visitaban las mismas zonas año tras año, lo que indica una especie de "territorios virtuales".
Estas áreas son frecuentemente ricas en focas y se utilizan para cazar o reproducirse.
Cuando otro oso ingresa a esa zona, suele dejar señales químicas propias si el anterior no ha marcado recientemente.
Ejemplo real: El misterio de la isla del aroma
En 1998, un grupo de investigadores observó un fenómeno curioso cerca del archipiélago ártico canadiense.
Una pequeña isla parecía ser especialmente atractiva para osos machos durante la primavera.
Los científicos notaron que varios individuos llegaban, se restregaban frenéticamente en ciertas áreas y luego se alejaban sin cazar ni buscar pareja.
La hipótesis más fuerte sugiere que esa isla funcionaba como punto de señalización comunitaria.
En otras palabras, se trataba de una especie de "foro químico" para osos polares, donde dejaban y recogían información biológica mediante el olor.
Este caso es un ejemplo fascinante de cómo el comportamiento animal puede ser mucho más complejo de lo que imaginamos.
Relación con el cambio climático y la pérdida de territorio
Los continuos efectos del cambio climático en el Ártico están reduciendo las plataformas de hielo utilizadas por los osos como territorios de caza.

Al perderse estas áreas estables, muchos osos se ven obligados a recorrer distancias más largas para alimentarse.
Esto también modifica profundamente su sistema de marcaje territorial.
Al haber más movilidad y menos zonas fijas, los rastros químicos se pierden más rápidamente y la competencia aumenta.
Esto podría traducirse en más encuentros violentos, menor éxito reproductivo e incluso aumentar el riesgo de desaparición de algunas poblaciones.
Consecuencias ecológicas
- Disminución de áreas de caza tradicionales.
- Interacción entre individuos que antes no coincidían territorialmente.
- Mayor competencia por parejas durante el periodo reproductivo.
- Poca persistencia de señales químicas por deshielo rápido.
Preguntas frecuentes sobre cómo marcan su territorio los osos polares
¿Marcan las hembras el territorio igual que los machos?
Ambos sexos utilizan señales químicas, sobre todo durante la época de apareamiento.
Sin embargo, los machos tienden a ser más activos en marcar y recorrer zonas amplias.
¿Pueden los humanos detectar estos rastros?
Los olores que utilizan los osos no son perceptibles para el sentido humano.
Se requiere tecnología especializada para analizarlos, como pruebas de feromonas o análisis de orina congelada.
¿Los osos marcan también objetos artificiales?
Sí, algunos osos en zonas cercanas a asentamientos humanos han sido vistos frotándose contra tanques de combustible o barcos abandonados.
Esto podría explicarse por simple curiosidad o por utilizar esos objetos como referencias olfativas.
¿Los cambios en las zonas de hielo afectan este comportamiento?
Definitivamente sí.
Cuanto más cambian los paisajes árticos, más difícil resulta para los osos mantener rutas fijas y zonas tradicionales de marcaje.
El deshielo prematuro anula la eficacia de las señales químicas y vuelve más caótico su desplazamiento.
Acciones que ayudan a proteger los territorios del oso polar
Proteger a estos animales no solo implica cuidar la especie individualmente, sino preservar también su entorno especializado.
Algunas medidas necesarias incluyen:
- Reducir las emisiones que aceleran el deshielo del Ártico.
- Apoyar la creación de áreas marinas protegidas.
- Monitorear mediante GPS y collares la migración y concentración de individuos.
- Fomentar investigaciones sobre el uso de marcadores olfativos animales.
Estas acciones podrían permitir entender mejor sus necesidades actuales frente a un clima cambiante.
Además, fortalecen políticas de conservación basadas en evidencia científica.
Proteger su hábitat es, al final, una forma de garantizar su existencia futura.
En definitiva, pese a la aparente hostilidad del Ártico, el oso polar ha encontrado formas ingeniosas de comunicarse y coexistir sin necesidad de violencia constante.
Su capacidad para marcar territorio a través de olores, huellas y frotamientos es un magnífico ejemplo de adaptación ecológica.

Comprender estos comportamientos no solo alimenta nuestra curiosidad naturalista, sino que también refuerza nuestra responsabilidad de proteger a esta especie icónica del medio ambiente polar.
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