¿Es cierto que los osos polares pueden oler a sus presas a kilómetros de distancia?
hace 2 semanas · Actualizado hace 2 semanas

El mundo del Ártico encierra secretos sorprendentes, y uno de ellos es el asombroso olfato del oso polar.
Estas criaturas, adaptadas a uno de los entornos más extremos del planeta, poseen habilidades sensoriales que desafían toda lógica.
El superpoder del olfato en los osos polares
Entre todas sus cualidades biológicas, el olor es su instrumento más poderoso para la supervivencia.
Los osos polares no solo tienen un gran tamaño y fuerza, sino que también poseen un sentido del olfato extraordinariamente agudo.
Este sentido les permite localizar a sus presas, principalmente focas, incluso cuando se encuentran enterradas bajo capas de hielo o nieve.
¿Hasta dónde puede llegar su olfato?
Las investigaciones científicas han documentado casos en los que un oso polar ha detectado el aroma de una foca desde increíblemente lejos.
Se estima que pueden oler animales a una distancia de hasta 1,6 kilómetros, e incluso más en condiciones ideales.
Esto los convierte en uno de los mamíferos con el olfato más desarrollado del reino animal.
- Las corrientes de aire frío y denso del Ártico ayudan a trasladar olores a grandes distancias.
- Sus fosas nasales son altamente sensibles a moléculas específicas relacionadas con la carne y la grasa.
- Son capaces de detectar focas bajo más de un metro de nieve compacta.
Este olfato no solo es útil para cazar, sino también para comunicarse o identificar territorios marcados por otros osos.
Cómo utilizan el olfato para sobrevivir
El oso polar pasa hasta el 50% de su vida buscando alimento.
Debido a la escasez de comida en el entorno polar, esta habilidad olfativa se convierte en un factor determinante para la supervivencia.
Principalmente dependen de focas anilladas y barbudas, que pasan gran parte del tiempo bajo el agua o en madrigueras de hielo.
¿Cómo detectan a las focas bajo el hielo?
Los científicos han observado que los osos caminan lentamente sobre el hielo, con la cabeza pegada al suelo, en busca de olores.
Una vez detectan movimiento o aroma, pueden excavar un agujero en el hielo hasta alcanzar a la presa.
Este comportamiento revela una fascinante combinación de instinto, paciencia y precisión.
- Ubican respiraderos de focas marcados con orina o secreciones de grasas.
- Aguardan durante horas en el silencio polar.
- Cuando la foca emerge a respirar, atacan con una velocidad asombrosa.
Este esfuerzo puede durar horas, y no siempre termina en éxito.
Una historia impresionante sobre su olfato
En 1997, un grupo de exploradores en el norte de Canadá fue testigo de un comportamiento que demuestra el alcance del olfato de un oso polar adulto.
Durante una expedición de investigación sobre el comportamiento de estas especies en la bahía de Hudson, colocaron cámaras trampa cerca de una zona con focas.
Los investigadores habían dejado carcasas de pescado congelado bajo una capa de nieve, a modo de señuelo científico para analizar las reacciones de distintos animales.
Un oso polar apareció en escena tres días después, cubriendo una distancia de más de 30 kilómetros desde el borde de hielo registrado anteriormente.
Los sensores de movimiento de las cámaras señalaron que el animal parecía moverse en línea recta hacia la fuente de olor, a pesar del viento contrario y la ausencia de huellas visibles en el terreno virgen.
Al llegar al punto señalado, encontró sin dificultad el lugar donde se escondía el pescado y lo excavó en menos de cinco minutos.
Los datos recogidos revelaron que el viento soplaba a favor solo durante las últimas horas del día anterior, lo que indica que el oso pudo haber olido el pescado a más de 15 kilómetros de distancia cuando el viento era favorable.
Este hecho, documentado por biólogos árticos canadienses, aportó evidencias de que los mecanismos olfativos del oso polar son todavía más impresionantes de lo que se había estimado previamente.
El evento fue luego utilizado en estudios sobre migración e inteligencia olfativa animal por universidades como Manitoba y Alberta.
Implicaciones del cambio climático en su alimentación
El cambio climático está alterando drásticamente la forma en que los osos polares utilizan su olfato para sobrevivir.
A medida que el hielo polar se derrite, el patrón de distribución de las focas cambia.

Esto obliga a los osos a moverse mayores distancias e invertir más energía en la búsqueda de alimento.
Sus habilidades olfativas, aunque asombrosas, no pueden compensar por completo la desaparición de su hábitat tradicional de caza.
- Las temporadas de hielo son más cortas cada año.
- La caza en tierra firme es menos eficiente para ellos.
- El esfuerzo por encontrar una presa aumenta riesgos de inanición.
Organismos como el World Wildlife Fund (WWF) y la IUCN advierten que, a este paso, el número de osos polares podría reducirse en más del 30% para el año 2050.
¿Qué podemos hacer para ayudar?
La conservación del hábitat del oso polar es clave para mantener intacta esta fascinante habilidad olfativa.
Reducir emisiones de carbono y apoyar políticas para energías limpias contribuye directamente a su supervivencia.
Los estudios sobre su olfato también están ayudando a diseñar nuevas estrategias de protección en reservas árticas.
Preguntas frecuentes sobre el olfato de los osos polares
¿Los osos polares tienen mejor olfato que los perros?
En términos relativos, sí.
Los osos polares cuentan con estructuras cerebrales olfativas mucho más desarrolladas que las de la mayoría de los perros.
Estudios neurológicos muestran que ocupan un mayor porcentaje de su capacidad cerebral en el sistema olfativo.
¿El olfato del oso polar se debilita con la edad?
Como en muchos mamíferos, puede haber una ligera disminución sensorial.
Sin embargo, incluso los ejemplares adultos mayores conservan una agudeza olfativa sorprendente.
¿Pueden oler a humanos desde lejos?
Definitivamente, sí.
Se han registrado interacciones entre humanos y osos polares en las que el animal detectó campamentos desde varios kilómetros de distancia.
Por eso se recomienda no dejar alimentos expuestos en zonas de exploración en el Ártico.
¿Existen otros animales con olfatos comparables?
Algunos perros de caza, elefantes y tiburones tienen sentidos del olfato altamente desarrollados.
No obstante, cuando se mide por distancia, el oso polar es uno de los campeones indiscutibles.
Su olfato no solo es preciso, sino también adaptado a las condiciones climáticas extremas.
Esto lo convierte en un caso único en la evolución sensorial de los mamíferos.
Además, el hecho de que puedan encontrar presas bajo hielo endurecido añade una capa de complejidad a su capacidad olfativa.
No se trata solo de distancia, sino también de precisión en condiciones subterráneas.
Relación entre olfato y medio ambiente
Preservar la biodiversidad del Ártico permite seguir investigando mecanismos naturales tan asombrosos como este.
Si queremos aprender más sobre estos sistemas sensoriales, debemos garantizar un entorno lo más natural posible para los animales que los poseen.
El futuro del oso polar, y de muchas otras especies, depende de nuestras decisiones actuales.
Reducir el impacto de la actividad humana en el clima es esencial si queremos proteger a estos magníficos depredadores y su entorno.
Adicionalmente, el olfato de los osos polares podría tener aplicaciones científicas imprevistas en el futuro, desde tecnologías biomiméticas hasta sensores artificiales inspirados en su sistema olfativo.
Proteger al oso polar es proteger un legado evolutivo único e irrepetible.
En resumen, los osos polares sí pueden oler a sus presas a kilómetros de distancia, gracias a un sentido del olfato entre los más desarrollados del reino animal.

Pero no basta con admirar esta habilidad desde la distancia: cuidar su hábitat es esencial para que podamos seguir maravillándonos con estos exploradores del hielo.
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