¿Qué hacen las osas polares embarazadas durante el invierno?
hace 1 día · Actualizado hace 5 horas

Durante los meses helados del Ártico, ocurre un fenómeno asombroso que asegura la continuidad de una de las especies más emblemáticas del planeta: el embarazo invernal de la osa polar.
- Una estrategia adaptativa perfectamente sincronizada
- Los asombrosos cambios fisiológicos que experimentan
- El milagro de la maternidad bajo cero
- Un ciclo de vida ganado con resiliencia
- Ejemplo real que demuestra su increíble fortaleza
- Preguntas frecuentes sobre las osas polares embarazadas
- Curiosidades que quizás no sabías
Una estrategia adaptativa perfectamente sincronizada
Las osas polares embarazadas no vagan por los témpanos helados en busca de alimento como los machos o las hembras sin crías.
Al contrario, se embarcan en una misión crítica que requiere absoluto aislamiento y ahorro de energía.
Durante el invierno, estas hembras grávidas escogen el momento adecuado para construir una madriguera, usualmente entre octubre y noviembre.
Esta se convierte en su hogar temporal y lugar de nacimiento para las crías.
¿Dónde construyen sus madrigueras?
Escogen zonas cubiertas de nieve profunda, como laderas costeras o deltas fluviales congelados.
Allí, cavan una madriguera en la que permanecerán protegidas del clima extremo durante varios meses.
Los asombrosos cambios fisiológicos que experimentan
Una vez dentro de la madriguera, comienza un proceso maravilloso y desafiante.
Las osas reducen al mínimo sus movimientos, conservando su energía al entrar en un estado llamado letargo.
A diferencia de otros mamíferos que hibernan, ellas pueden mantener su temperatura corporal relativamente constante.
Además, sus funciones vitales siguen activas, permitiéndoles dar a luz y cuidar a sus crías sin salir al exterior.
Un metabolismo diseñado para resistir
Durante este periodo, la osa no come ni bebe.
Sobrevive únicamente de la grasa acumulada durante los meses previos de caza.
Antes de entrar a la madriguera, ha consumido grandes cantidades de grasa de foca, su alimento principal en la temporada de caza.
- Puede ganar entre 150 y 300 kg adicionales.
- Todo ese peso es crucial para alimentar a su cuerpo y producir leche para las crías.
- Durante más de 4 meses, no tendrá acceso a ningún tipo de alimento.
El milagro de la maternidad bajo cero
El nacimiento tiene lugar entre diciembre y enero, mientras afuera las temperaturas pueden alcanzar los -40 °C.
Los oseznos nacen completamente indefensos: ciegos, sin pelo y muy pequeños.
Pesan apenas 600 gramos y necesitan inmediatamente el calor y la leche de la madre para sobrevivir.
Durante los siguientes tres o cuatro meses, permanecerán en la cueva sin contacto exterior.
Una rutina de supervivencia bajo tierra
En el abrigo de la madriguera, el calor corporal de la madre mantiene una temperatura interna aceptable para las crías.
Ellas maman constantemente, alimentándose de una leche extremadamente rica en grasa, que puede contener hasta un 35-40% de grasa.
Este alimento les permite aumentar progresivamente de peso, llegando a pesar cerca de 10 kg al salir de la madriguera.
La salida: un momento crítico
Cuando la primavera comienza a derretir los primeros hielos —entre marzo y abril—, la familia emerge por primera vez.
La osa lleva semanas sin comer, agotada y con pocas reservas.

Pero debe proteger ahora a dos, o a veces tres, oseznos hambrientos y vulnerables ante cualquier depredador.
- Busca zonas cercanas a plataformas de hielo donde pueda cazar focas rápidamente.
- Los primeros días fuera son difíciles y agotadores.
- Debe trasladarse lentamente con sus crías a cuestas o siguiéndola a corta distancia.
Un ciclo de vida ganado con resiliencia
Este fantástico ciclo de maternidad no solo requiere resistencia extrema, sino también una sincronía perfecta con el ambiente.
La supervivencia de la especie depende de que haya suficiente hielo marino disponible cuando las hembras salgan de sus refugios.
Sin hielo no pueden cazar, y sin caza no pueden alimentar a sus crías.
Impactos del cambio climático en este proceso
La llegada prematura del deshielo, provocada por el calentamiento global, altera este delicado equilibrio.
Una reciente investigación de National Geographic documentó a una hembra que emergió de su madriguera semanas antes de lo previsto, encontrando un entorno sin hielo, inadecuado para cazar.
En pocas semanas perdió a sus dos oseznos por inanición.
Casos como este se repiten con mayor frecuencia a medida que los inviernos se acortan y las estaciones de caza desaparecen.
Ejemplo real que demuestra su increíble fortaleza
En la región de Svalbard, al norte de Noruega, un grupo de investigadores del Instituto Polar Noruego documentó una historia fascinante.
Vieron a una osa embarazada desaparecer en una cumbre nevada a finales de octubre.
Cuatro meses más tarde, reapareció con dos oseznos gorditos caminando a su lado.
Los biólogos calcularon que había pasado más de 180 días consecutivos sin alimento ni agua.
Durante ese tiempo, sus órganos vitales se autorregularon para evitar colapsos y su cuerpo recicló metabólicamente hasta los compuestos de nitrógeno.
Uno de los investigadores comentó que ese nivel de adaptación es comparable a “haber corrido una maratón con los ojos cerrados y sin entrenar, pero cruzar la meta sin heridas”.
Solo las osas polares tienen esta combinación tan precisa de adaptación metabólica, comportamiento maternal y sincronía ambiental.
Es un testimonio impresionante de la evolución y la tenacidad de la vida incluso en las condiciones más hostiles del planeta.
Preguntas frecuentes sobre las osas polares embarazadas
¿Cuántos oseznos suelen nacer en cada camada?
Entre uno y tres oseznos, siendo más común tener dos.
¿La osa polar puede morir durante este proceso?
Sí, especialmente si entra a su madriguera con reservas insuficientes o si las crías mueren y su cuerpo entra en fuerte desequilibrio metabólico.
¿Cuánto tiempo permanecen los oseznos con la madre?
Entre un año y medio y dos años, dependiendo de las condiciones del lugar y del nivel de protección que requieran.
¿Todas las hembras hacen una madriguera cada año?
No, algunas tienen camadas cada dos o tres años, dependiendo de su estado físico y disponibilidad de alimento.
¿Cómo afecta el cambio climático este ciclo?
Reduce las reservas de grasa de la osa, adelanta el deshielo, interrumpe la caza y pone en riesgo la supervivencia de la camada.
Curiosidades que quizás no sabías
- Las osas polares pueden perder hasta el 40% de su peso corporal durante el letargo invernal.
- La madriguera se ventila por un agujero en el techo, que evita la acumulación de CO2.
- Su leche es una de las más nutritivas del reino animal, superando incluso a la de focas o cetáceos.
- Los oseznos aprenden a nadar pocas semanas después de salir de la madriguera.
- En algunos casos extremos, una osa ha caminado más de 100 km con sus crías hasta encontrar hielo suficiente para cazar.
En resumen, el comportamiento de las osas polares embarazadas durante el invierno es uno de los mayores ejemplos de adaptación natural del reino animal.
Desde el momento en que construyen su madriguera hasta que emergen meses más tarde con sus crías, su estrategia de supervivencia está finamente ajustada al entorno.

Sin embargo, el cambio climático amenaza con romper esta cadena vital, recordándonos la necesidad urgente de proteger su hábitat y preservar el equilibrio de los ecosistemas del Ártico.
Entradas Relacionadas